Regresamos de nuestra excursión con Mijail y Eduardo por las provincias de Córdoba y Santa Fe, donde nos encontramos con viejos amigos y conocimos gente muy gaucha e interesante.
Desde la ruta se ve que la soja está cosechada por todos lados y salvo lo que queda de sorgo, todo está por sembrarse otra vez, con precios y una producción increíbles para los que vivimos en la burbuja gaseosa del Buenos Aires atascado.
Terminé de leer "Casos de comunicación y cosas de diseño" del colega Nestor Sexe. El solcito de Cordoba, los matecitos para ir pasando la mañana y las pelotitas de tenis pasándome por arriba de la cabeza fueron haciendo mas que agradable la lectura.
Michael Malone es periodista y Tom Hayes es un ejecutivo de marketing. Ambos le andan dando vueltas al Silicon Valley y ambos son los que le han dado despegue al concepto de beme en el idioma ingles.
Un beme es una información capaz de infectar especialmente la WEB 2.0 y en base a esa aptitud conseguir que millones de personas sean atacadas en poquísimo tiempo. Youtube está lleno de ejemplos, este de abjo es solo uno:
Alanis Morissette "My Humps" video mas visto del mes en Youtube.
O piensen en Technorati Profile
En la pequeña biblioteca de mis padres hay varios libros de EMECE. Alguno de esos todavía lo uso cada tanto en mis clases de epistemología del lenguaje, especialmente el Libro de arena en el que se describe a otro libro en el que el número de páginas es exactamente infinito.
Un libro en el que siempre se interponen varias hojas entre la portada y la mano, por más meticuloso que uno sea. Un libro como Google.
Nueva lectura del libro de Paula Sibilia, nuevos encuentros y desencuentros con las ideas que hace circular, buena parte de ellas salidas del magma de textos que en su momento delineara desde su seminario Patricia Terrero y luego Cristian Ferrer.
Quiero detenerme en alguna de ellas, especialmente porque fueron dudas de algunos alumnos y las he ido meditando en el colectivo, mientras regresaba al consultorio.
Ayer comenzó en el Espacio Fundación Telefónica (Arenales 1540, Capital Federal), un seminario que dictaremos unos cuantos fanáticos de la investigación sobre las formas tecnológicas de vida, todo como parte de una expansión de la cátedra de epistemología de los lenguajes digitales (hay otros nombres mas formales) más allá de la membrana de la Universidad de Buenos Aires.
Hace un par de años asistí a una conferencia de Marcelo Expósito en la ciudad de Cordoba, en Argentina. Es una de esas personas a las que les fluye la cabeza.
Los expósitos eran aquellos niños que las familias burguesas no querían y no podían aceptar por motivos diversos aunque siempre deshonrosos: los enviaban a conventos manejados por monjas donde lo único posible era rebelarse o domesticarse. Allí se les enseñaba un oficio, se les lavaba el apellido y se los reenviaba a la ciudad para que se ganaran/perdieran la vida.
Pues bien, 200 años después a este expósito se le repite la historia. Continuamente en plena campaña de insumisión y expuesto, se ha autoimpuesto (como no podría ser de otro modo) no dejar fotografiarse.
Gracias a la invitación que me hizo Miriam Goldszier estuve en la Fundación Telefónica donde pude escuchar la conferencia de Dra. Joanne Lalonde, espacialista en arte electrónico de la Universidad de Quebec, Canadá.
Estaban en la mesa el ingeniero Jorge Petrosino y Ricardo Dal Farra, ambos del CEIArtE de la UNTREF.
En el principio fueron los blogs 1.0 y para empezar estuvo bien. Ya existía LINUX, pero en la capa del software. Y esta era la capa de los contenidos.
Los "autores" de papel y lapiz no respetaban a los bloggers de mouse y pantalla, los consideraban menores, los veían como simples "lectores" venidos en redactores improvisados, se burlaban de ellos. Después de todo los autores habían escrito la Biblia misma, ellos eran la luz. Pero cayeron en la vanidad. Los primeros bloggers fueron "autores" de papel que crearon blogs inteligentes y fueron los arquitectos, sin saberlo, de su propia desaparición.
El hombre es un mundo, pero desde la Edad Media sabemos que el mundo mismo es un hombre, específicamente un cuerpo. Lo dirá el fenomenólogo francés Maurice Merleau-Ponty en el siglo XX, al dar sus clases en la ciudad de Chartres.
Casi mil años antes, un monje de esta misma ciudad-universidad, oh casualidad! Bernardo Silvestre, lo había planteado en De mundi universitate sive megacosmus et microcosmus: somos un microcosmos.
Herbert Marshall McLuhan pasó a la esfera de Los Grandes de la comunicación por unas cuantas cosas, pero a la fama pública por haber dicho que "el medio es el mensaje".
La frase, a la vez simplísima y enigmática, resume un modo de sondear los medios de comunicación, es decir nuestro entorno urbano, que no es más que una extensión de nuestra mente.
Según sigo leyendo en el libro "Una historia del cuerpo en la Edad Media", fue el siglo XII testigo del Renacimiento, entendido como el auge del individuo y la des-agregación cuerpo/alma y no el siglo XVI como al menos yo tenía entendido.
Es increíble como cosas que pasaron hace tanto tiempo siguen produciendo tantos efectos o en todo caso logran seguir existiendo.
Desde aquel entonces parece que vivimos amenazado por el morir, flotando en un magma de imágenes de vivos y muertos. Imágenes que nos comunicamos unos a otros, a través de los cuerpos y las neuronas en espejo.
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