Terminaron las ponencias en el posgrado de Biotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes.
Mi evaluación es positiva: me puse al día sobre el escenario científico empresarial latinoamericano, conocí gente valiosa, mi cabeza quedó sembrada de nuevas especies meméticas y me sentí cómodo gracias a una organización que anduvo muy bien.
Siguió el curso nomás de biotecnología, con muchos alumnos de la licenciatura en el aula, que como ven en esta foto prefieron sentarse en el fondo.
En uno de los metálogos de Gregory Bateson con su hija, se diferencian descubrimiento de invento: nunca se me ocurrió que eso pudiera ser tan importante a la hora de establecer si una cosa es patentable o no.
Van algunos de los granitos que junte hoy.
Sigo tomando mis clases de biotecnología en la Universidad de Quilmes, bueno... en realidad son conferencistas que cuentan sus experiencias en el campo (simbólico y no tanto).
Para alguien como yo, que navega perdido entre las ciencias sociales y las matemáticas y de la salud mental al software, es una oportunidad de hibridar estas nuevas ideas que me cuentan con las que ya han infectado mi mente hace años y que siguen haciendo lo posible para quedarse, a pesar de todos los esfuerzos inmunomentales con los que experimento.
Van algunas de las puntas que sobresalieron.
Comencé hoy un postgrado sobre implementación de empresas biotecnológicas en la Universidad Nacional de Quilmes.
Estuvimos desde temprano escuchando las conferencias hasta casi las 20 hs, así que quedé medio knock out, pero bueno, nadie me obligo a meterme en esta. Calavera no chilla!
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