De chicos jugábamos con trencitos: primero fueron los de lata, pero después vino el plástico.
Ya en la primaria, cuando escapábamos de las miradas adultas, poníamos piedras sobre las vías del tren, para ver como las hacía polvo al pasar.
En las vías muertas hacíamos trincheras, porque nos creíamos en Vietnam o saltábamos de cráter en cráter como si fuéramos astronautas.
Ultimamente aparecen acá y allá, en los medios tradicionales y hasta en los blogs, posteos que echan raíces en lo que venga para burlarse de Chavez o de Evo Morales.
Lo peor es que basta que uno no los ataque o se permita recordar que ambos ganaron o perdieron en elecciones democráticas, para que resulte que uno es un indigenista, o un fanático, o un fascista, o alguien que no entiende los beneficios de la modernidad y ni de los progresos inventados en Europa.
Según lo que postulan especialistas en ciencias cognitivas, la mente es una red.
Los nodos (imágenes, creencias, memoria, afecto, etc) que la integran y sus inter-relaciones, generan escenarios mentales.
Un proceso conocido como Blending de Conceptos mezcla estos espacios o escenarios mentales, de un modo que afecta ubicuamente al vivir cotidiano, al humor, la ciencia y la estética y a la vez es continuamente modificado por estos.
Siempre me intrigó como algunos jugadores de ajedrez sacaban jugadas de la galera.
Cómo convertían la posición más insípida en un revoloteo de afiles, caballos y damas que, además, debían re-posicionarse con tanta justeza que todo el vértigo apuntara casi indefectiblemente al jaque mate.
En el libro de viajes "Lazarillo de los ciegos caminantes", escrito por Alonso Carrió de la Vandera (alias "Concolorcorvo"), se cuenta una interesante anécdota para los que le damos vueltas a las ciencias de la comunicación.
Resulta que en su viaje de Buenos Aires a Lima conoce a un paisano que "sobre la mesa tenía cuatro libros muy usados y casi desencuadernados: el uno era el Viaje que hizo Hernán Méndez Pinto a la China; el otro era el Teatro de los Dioses; el tercero era la historieta de Carlomagno, con sus doce pares de Francia, y el cuarto de Guerras civiles de Granada".
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