En una oportunidad tuve que coordinar la mesa de cierre de unas jornadas hospitalarias de salud mental.
Cuando dije "los amigos lacanianos dicen que las relaciones sexuales no existen" fui interrumpido por varios de los concurrentes que, al grito de "La Relación!, La Relación!", me obligaron a reconocer la diferencia entre las minúsculas y las mayúsculas y entre el singular y el plural.
Relación o relaciones... habría alguna alternativa?
Corría el año 1993, Internet era algo en lo que andábamos unos locos sueltos y en el Hospital Alvarez se organizaban unas Jornadas científicas sobre Salud Mental.
Suelo meterme en problemas innecesarios y en esa oportunidad, como miembro del comité organizador, usé todas mis cartas para proponer una mesa que le diera la palabra a tres personas que hablaran desde afuera de nuestra actividad, que nos dijeran como se veía lo psi desde fuera del campo específico y como creían que se vería el mundo en unos años, asumiendo que iba a cambiar.
Vinieron Alejandro Piscitelli, Carlos Abrevaya y Carlos Ulanovsky con los que tuve el privilegio de tomarme el café de la previa y participar como coordinador de la mesa.
Nunca volvía reírme tanto como aquella vez con las salidas de Carlos Abrevaya, al punto que terminé escupiendo buena parte del café sobre mi guardapolvo.
Fue allí también donde se planteo lo de Relación o relaciones.
Por algo los relojes son redondos: el tiempo suele llevarnos cada tanto al mismo punto. Hoy estuve conversando con amigos sobre porqué todas las terapias funcionan y todas fallan y en un momento se me vino a la cabeza aquella mesa. Pacientes o contextos? Ideas o conversaciones? Sexo o relación?
De pronto entendí que la respuesta a la pregunta que nos hacíamos es que todas las terapias toquetean las creencias con las que el paciente y el terapeuta recrean cotidianamente sus contextos y que de alguna manera, muchas de las veces, el espacio terapéutico funciona como una especie de pase, boleto o autorización.
En terapia recibimos avales para convertirnos en "autores" de un nuevo contexto mental en el que el cambio comportamientos, los modos de relación y la calidad de vida tienen sentido.
Se trata de la Relación de las relaciones pensé y en ese sentido, quizás estaba delante de una alternativa a la discusión lacaniana.
En fin, si uno pudiera escribir como habla Enrique Macaya Marquez hubiera alcanzado con un posteo, pero tendrán que ser dos o tres, para terminar de expresar lo que tengo en la cabeza.
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