Hacia las redes I

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Voy a dejar posteados algunos apuntes para la charla que tengo que dar el 21 de octubre, gracias a la insistencia de Heloisa Primavera. Para poder empezar a hablar de un tema que no le interesa a nadie, quizás lo mejor sea tratar de entender porqué pensamos lo que pensamos, que comodidades tienen nuestras ideas, que beneficios nos da mantener una misma creencia sin contrastarla con otras, así sean disparatadas como las que voy a expresar mas abajo.
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Para iniciar este viaje tenemos que desplazarnos hasta Egipto para vérnosla con Ibn Al Nafis, un médico que propuso que las cosas "circulaban". No se preocupen: esta noción puede resultarnos obvia, (como dice una de nuestras alumnas), pero quizás no lo fuera tanto en el siglo XIII.

En realidad Ibn an Nafis sugirió una mínima circulacion entre los pulmones y el corazón, estimulado vaya a saber porque, posiblemente por los conceptos de la arquitectura árabe, que presta mucha atención a la refrigeracion por medios naturales, ya sea mediante fuentes de agua o por circulación de aire.

El asunto es que dos médicos, discípulos de Vesalio (el Da Vinci de la medicina), llevaron la novedad a Europa: Serventus, (que se quedó en el camino al ser quemado por Calvino) y Columbos, que fuera el maestro de William Harvey, a quien los libros de historia de la medicina consideran el "descubridor" de la circulación sanguínea.

Tratemos de imaginar un cuerpo sin circulación, no reducido (mediante la anatomía) a sus límites visibles: la experiencia de la corporalidad premoderna identifica a los hombres con las fuerzas visibles e invisibles que recorren la naturaleza.

"El cuerpo medieval no tiene una demarcación respecto del mundo, no está encerrado, terminado, ni listo, sino que se excede a sí mismo, atraviesa sus propios límites. El acento está puesto en las partes del cuerpo en que éste está, o bien abierto al mundo exterior, o bien en el mundo, es decir, en los orificios, en las protuberancias, en todas las ramificaciones y excrecencias: bocas abiertas, órganos genitales, senos, falos, vientres, narices" dice Bajtin.

Ubiqúemosnos: año 1603, Padua, Harvey empieza a escribir sus borradores sobre la doble circulación sanguínea y en eso se le va a ir la vida, hasta que hacia fines de siglo la metáfora es aceptada como válida por la comunidad médica de la época, aunque no encuentra por muchos años el modo de utilizarla en favor de los pacientes.
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circulador de agua

Gracias a Harvey, de ahora en más el cuerpo será un objeto visible y purificable a traves de circulaciones. Empezaremos por el agua, el alfabeto y los esclavos negros hasta llegar a la circulación global de todos los cuerpos, todas las cuentas bancarias, todas las conversaciones y todos los conocimientos en una obra de purificación inaudita y digital. Pero ya volveré sobre el tema, si me acuerdo y lo puedo conectar.

La idea de "Circulación" se derivaba de circulator, que era el vendedor ambulante medieval que reunía grupos a su alrededor y puede que relacionarse con "rondar", "revolotear" o estar "alrededor de".

A nosotros nos puede interesar también otras circulaciones que se aceleran en el Ranacimiento, especialmente la de ideas: el circulante de libros de bolsillo se ha extendido especialmente en la Italia y las creencias reformistas (Lutero, Calvino) que ahora deben moverse desde el espacio privado al público, desde la intimidad del autor a las audiencias.

Acá entonces nuestro viaje encuentra lo que parece una encrucijada: por un lado nos vamos hacia la conversación (con-versar significa "dar vueltas juntos") y por otro al sistema de circuitos que empiezan a fundarse en el siglo XVIII, tales como los circuitos de los documentos jurídicos que van de los abogados a los jueces, los circuitos de transporte marítimo hasta los circuitos eléctricos que se inauguran a mediados del siglo XIX.

Pero sea como fuere, uno y otro camino nos desembocan en los medios de comunicación: conversar, intercambiar documentos escritos, interactuar por medio de la electricidad ahora, desde Harvey, empiezan a ser contados en términos de circulaciones.

Entonces esta es la primera parada de este viaje. Un cambio de metáfora compartida, esto es: la idea de la circulación se vuelve hegemónica en relación a un conjunto de creencias previas relacionadas con los centros.

Giordano Bruno, otro "flogistado" en nombre de dios hacia el 1600, ya había propuesto un universo sin centro, donde el centro está en todos lados y la circunferencia en ninguno.

Para 1750, Montesquieu o Rousseau ya usarán el término nutridamente, preparándonos para la revolución francesa, donde la idea de la circulación de ideas, dinero, mercancías o trabajo se ha vuelto natural.

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