Nuestro sistema nervioso es un dispositivo extractor y compilador de rasgos.
No deberia necesariamente suceder asi, pero a fuerza de sedimentar elementos distintivos tendemos a estereotiparnos, a preferir el futbol si somos futboleros o la sociologia si somos sociologos.
Pero en realidad las cosas son muy complejas: la fisica, las organizaciones, las ciudades, los ecosistemas, la vida cotidiana, el arte y la estetica son complejas y los rasgos que retuvimos ayer no sirven hoy, el pasado no tiene mucho que decir del futuro, ni la foto del bisabuelo tiene tantas claves de nuestro destino.
La injusticia es compleja y sus justificaciones, asi como sus desjustificaciones.
Sin embargo complejidad no es lo contrario de simplicidad, como tampoco infinito es lo contrario de finito: las presencias contienen su propia ausencia y visceversa.
Complejidad no es tampoco, ni necesariamente, sinonimo de complicacion.
Pareciera entonces que debemos entrarle al asunto por el lado sutil, el de la gambeta: propiedades emergentes, puntos de bifurcacion, estructuras fractales.
Cuando nos acerquemos al caos, empezara el baile.
Con todas estas cosas en las cabezas iniciaremos proximamente una trayectoria de encuentros (mensuales?) en Educar con la participacion del filosofo Alejandro Piscitelli, el fisico marketinero Daniel Collico Savio, el ingeniero Mateo Ortega y otras personas interesadas en estos temas, destinados a abordar la complejidad para desde ahi pensar, producir y activar en diferentes planos.
Es curioso, pero hace algunos anos la coleccion de Matemas de Tusquets genero en muchos de nosotros un fuerte interes por la complejidad del mundo, aunque pronto nos vimos con herramientas insuficientes para profundizar sobre el asunto.
Quizas haya llegado el momento de retomar estas iniciativas de un modo menos vetusto: una de las acciones-meta de la iniciativa en Educ.ar es la de generar un encuentro intenso y extensivo para principios del 2006 sobre la cuestion de la gestion en complejidad.
veremos.
