La influencia de los medios II

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diabe.jpg Hasta acá llegué con mis últimas lecturas: si la redesfera de Marshall Mcluhan estaba formada por medios electrónicos y televidentes interpenetrándose y para Latour estaba constituida por prototipos ni humanos ni artificiales enhebrados sociotécnicamente, para Duncan Watts en su "Six Degrees" las redes que evolucionan, son "sucesos" que habilitan que una "influencia" se propague según algunas reglas simples.

Nada que aparezca en los programas de comunicación con abundancia, pero nada nuevo despues de todo, sin embargo ¿Como nos influenciamos con los medios? Qué nos in-forma para que después se adopten tales o cuales conductas? ¿Como es nuestro vínculo con los llamados "medios" a esta altura del siglo XXI?

Hasta hace no mucho predominaba la idea de que las ondas de influencia nacían en los centros: cadenas de televisión, centros de poder político, nudos que capturan voluntades de propagar con inversiones monetarias.

Pero si vemos con un poco de esmero el sentido común nos dice que no es tan así: el tango de los arrabales, la pólvora de la China, la democracia yanqui, el luteranismo del norte, el fútbol criollo de la "academia" me hacen dudar: es como si las innovaciones se generaran en las periferias, donde los censores de información están demasiado ocupados para controlar los flecos.

Como con el cristianismo o la punta de flecha, un pequeño suceso repercute a través de algunos túneles conectores por azar y unos encuentros fortuitos disparan una multitud de decisiones locales que se autoinducen unas a otras, cada una de ellas tomada sin planificación previa, convirtiéndose por agregación en un suceso no anticipable por nadie, ni siquiera por los propios actores.

El centro que estaba al principio en la red repitiéndose a si mismo poco podrá predecir sobre el resultado de esta cascada, porque los centros mismos emergen como consecuencia del propio suceso iniciado en los bordes.

Nace la identidad tanguera rioplatense, la obligatoriedad de las democracias parlamentarias burguesas en cada país del mundo, los pastores que interpretan las biblias mas allá de la censura vaticana o nace el amague, la finta, el gesto del engaño tan propio del fútbol sudamericano.

Pero será acaso que alguna capa intermedia de la red opera como un sector de "pequeños influyentes"?

Los modelos teóricos y las observaciones empíricas de Watts rechazan esta "teoría de los influyentes", pero habrá que seguir leyendo, porque aún no hay consenso.

Los resultados de Watts muestran que el "éxito" de una novedad en influenciar una red depende mucho más del contexto y de la susceptibilidad de una sociedad a aceptar un rumor en un momento y lugar, que del grado de influencia de los iniciadores de la campaña.

En Viral Marketing for the Real World hay bastante como para sentarse y subrayar, con detalles metodológicos de las observaciones empíricas y los modelos empleados.

La comunicación viral se fundamenta en estas ideas de Watts: pequeños documentos en youtube o en algún blog secundario, embocando la amplificación adecuada, puede producir un verdadero foco de incendio que se propague a gran velocidad por el pequeño mundo de las redes sociales.

La única defensa contra estos brotes marginales o serendipias en la sobreinformación, quizás acá haya una pista de porque los centros hacen lo que hacen.

He propuesto hace un tiempo la idea de netme para referirme a un diseño activo de estos procesos, pero justamente la ausencia de amplificación lo han dejado todavía pululando como un asteroide informacional sin que ni el mismísimo google lo hay registrado.

Ya se verá, pero por lo pronto los que hablan de estas cosas se entán conviertiendo muy rápido en centro de los pequeños nichos de la long tail.

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