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27 de Diciembre 2007

Efecto tren I

trenversalles.jpg Me la crucé a Susana Boragno en la placita y ahí mismo me vendió el DVD: "El trencito de Versalles", una película dirigida por Juan Carlos Dominguez, con la cámara de Walter Pugliese y que le va a encantar a la que fue mi profesora de Historia de los Medios la Lic. Patricia Faure.

Ya me había comentado una vecina, en lo del Tano, que estaba muy buena; además las referencias en la verdulería eran excelentes. Susana es la "historiadora" del barrio y en el documental había sido la asesora, así que yo estaba a la pesca, como todos en el barrio.

La película cuenta que acá, cerca de casa y del consultorio, desde el año 1911 circuló un tren de recorrido bien breve, pero que le dio origen al barrio y de alguna manera construyó su identidad.

Los ingleses de cuellos blancos que trabajaban en el tendido del tren, se venían por estas vías hasta una especie de country de aquellos tiempos, cosa de no mezclarse con quienes no querían y mantener los jardines libres de pisadas.

El "trencito", como le decían los vecinos, fue con los años el punto de reunión de toda la comunidad circundante y al mismo tiempo el punto de desencuentro: la estación tenía un "atrás", un arroyo cercano dificil de cruzar y quintas de hortalizas o pastoreo que la mantuvieron relativamente separada del resto de la ciudad, durante un buen tiempo.

En 1943, cuando se entubaba el arroyo Maldonado y los trenes ingleses iban cediendo su poder a los autos americanos, casi cierran el ramal, pero vaya a saber que circunstancia evitó la clausura.

Sin embargo, lo que fue primero un susto, se convirtió en realidad luego, con la construcción de la Avenida Juan B. Justo y la elección de un presidente: el trencito fue clausurado definitivamente el 5 de Octubre 1952.

La tristeza invadió al barrio: todos se vistieron ese día lo mejor que pudieron, para hacer el último recorrido.

La explicación que propone la película es digna del director, discípulo de Pino Solanas: la indiferencia de los vecinos permitió que se llevaran el tren.

Y se desliza también: el gobierno peronista se la dió a un barrio no peronista.

Una década después la estación fue demolida y el mito comenzó, como siempre.

El barrio de Versalles perdió así su reliquia fundante, agregando a la historia Argentina otro vagón de su destino colectivo: destruir toda cosa que nos represente por unos magos a cambio y que las próximas generaciones lo arreglen.

Como ocurre habitualmente en la Argentina se inició una investigación... y en eso estamos.

En definitiva: una experiencia mas que saludable, que los chicos siguieron hasta el final sin cambiarse a la play.

Publicado por lukasnet a las 27 de Diciembre 2007 a las 10:20 PM

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